Sunday, July 08, 2007

18 horas de viaje - Una tragedia en varios actos

Acto I

La acción ocurre en la ciudad de Santo Domingo, en la República Dominicana, comienza con nuestro protagonista descendiendo de un vehículo de servicio público tras haber gastado los pocos pesos dominicanos y los pocos dólares que le quedaban. El capital disponible en efectivo de nuestro viajero ascendía a un total de RD$16 pesos, representados por una moneda de RD$10, una moneda de RD$5 y una moneda de RD$1, dinero que, a la tasa normal de RD$32 por US$1 por COP$2000 ponían a nuestro viajeron en la envidiable posesión de la nada despreciable suma de mil pesos colombianos.

El destino de nuestro atribulado viajero era la coqueta ciudad de Bogotá, hogar de la planicie elevada ue lo vió nacer y su lugar de residencia por ya tantos años. Debido a la inexistencia de un aeropuerto internacional de importancia en su puerto de destino nuestro viajero se veía obligado a tomar un avión con destino a la cosmopolita ciudad de Panamá, en dónde tras una escala de tres horas podría finalmente abordar el vuelo hacía su hogar.

Habiendo hecho 7 viajes en avión en las últimas cinco semanas nuestro viajero se encontraba ya algo acostumbrado a la rutina del avión: Fila 1, entregar maleta. Ya acreditaron las millas? Si, ya están acreditadas. Fila 2, pagar en la tienda del aeropuerto lo que se consiga que tenga algo de color local. Fila 3, revisión de equipaje de mano, con remoción de zapatos y neurosis tradicional. Fila 4, emigración, posiblemente una despedida rápida de parte del oficial de aduanas. Fila 5, abordaje del avión.

Acto II

Tras haber pasado con éxito las filas 1 a 5 el protagonista de nuestra historia se encuentra en la sala de espera junto con otras ochenta personas, a la espera de la salida del avión. Son las 3 de la tarde, el avión sale a las 4:01, GMT -4, para llegar a Panamá a las 5:25, GMT-5 hasta ahora todo normal. A las 3:35 se oye en ese maravilloso e incomprensible altavoz gutural de los aeropuertos la fatídica noticia de una demora de quince minutos en la salida del avión.

Nuestro héroe se muestra aliviado, menos tiempo de espera en el mercado persa de cámaras sobrevaluadas y perfumes iguales que es el aeropuerto de Tucumen en Panamá, de dónde el vuelo de conexión esta preparado para salir 4 horas y media después.

Además, la conversación esta interesante, hay una barranquillera-cartagenera que es feliz contándole a la tierra entera como gracias a su prometido, el gringo que habla ocho palabras de español y que vive en la isla de St Kitts ha sido capaz de entrar a cualquier país sin visa, sólo con un permiso. Sin visa? preguntan asombrados nuestro protagonista y JJ, un caleño que se encontraba de vacaciones en la isla de la Española y vuelve a su hogar en el mismo vuelo.

Efectivamente, la barranquillera peliteñida había entrado a Saint Kitts y a República Dominicana sin Visa, sólo con un permiso, que se apresuró a pedirle a su afortunado prometido, quién lo sacó de su maletín. Era un papel cómo cualquier papel en el que el secretario del interior de St Kitts decía que ella estaba involucrada con él y que por favor le extendieran la cortesía debida.

Lo que sólo se supo después fue que la barranquillera peliteñida realmente sólo había entrado con el permiso a St Kitts y a República Dominicana. Ella estaba feliz diciendo que lo iba a usar para entrar a Europa y a Estados Unidos, porqué a ella era muy difícil que le dieran visa.

En esto pasó el tiempo, y aunque el letrero en la pantalla de la sala de abordaje insistía en que el vuelo iba a tiempo, un segundo anuncio dijo que el vuelo se demoraría treinta minutos mas.

Al cabo de los treinta minutos un lúgubre letrero del altavoz cavernoso y gutural anunció la cancelación del vuelo por fallas mecánicas y su reintento al día siguiente: En otras palabras habría que ir a un hotel y esperar allá por un avión que saldría en algún momento indeterminado la mañana siguiente, las conexiones serían movidas acordemente, según aseguraba la pobre alma encargada de darle esa noticia a 80 pasajeros enfurecidos que veían como sus planes de viaje se iban al demonio sin poder hacer absolutamente nada al respecto.

Acto III

El proceso de salida del aeropuerto no era una inmigración, era una desemigración, en dónde nuestro héroe tuvo que pasar por las filas en orden inverso y tuvo la suerte de disfrutar, junto con JJ el caleño proverbial de otra serie de filas:

  • Fila 1: Salir de la sala de abordaje a recoger el equipaje.

  • Fila 2: Recoger el equipaje.

  • Fila 3: Pasa a inmigración (desemigración) para que el funcionario encargado tachara con esfero el sello de salida del país que había puesto en el pasaporte

  • Fila 4: Para meter las maletas entre un camión que las llevaría al hotel.

  • Fila 5: Para subirse al bus que lo llevaría desde el aeropuerto al hotel asignado por la aerolínea.

  • Fila 6: Para recoger del camión la maleta

  • Fila 7: Para que el funcionario del hotel Quality en el aeropuerto, que tenía esa noche 54 habitaciones libres tomara su nombre de un papel y sellara una hoja.

  • Fila 8: Para que un segundo funcionario del hotel tomara la hoja y con ella proporcionara a nuestro atribulado protagonista una tarjeta que abriría su cuarto, que por razones de escasez de cuartos sencillos tuvo que ser un cuarto doble, compartido con el caleño proverbial.

  • Fila 9: Para acceder al comedor del restaurante en el que, siendo las 6:45PM, GMT-4 nuestro protagonista habría de tener acceso a la que sería su segunda comida del día.

Acto IV

En este momento nuestro protagonista y sus compañeros de infortunio ya se han resignado a su suerte, que resulta no ser tan mala. Ir a la ciudad de Santo Domingo esta fuera de discusión, lamentablemente, por lo avanzado de la hora, lo temprano de la madrugada requerida al día siguiente (4:30AM, GMT-4), los amplios fondos a disposición del héroe de nuestra historia y la poca confiabilidad de los taxis de República Dominicana, prontamente confirmada por los locales.

Sin embargo, nuestro protagonista se da cuenta que la cocina del hotel en el que se encuentra es mejor de aquella del hotel en el que se hospedó anteriormente, que la piscina es mejor, sin dejar de ser ofensivamente diminuta, que el gimnasio es mas amplio y que la cerveza presidente, aunque cara, se puede pagar con tarjeta de crédito.

Debe llamar a la tierra de los chibchas dónde se supone habría llegado pocas horas después, pero ahora no llegará. La aerolínea permite a cada usuario el consumo de tres minutos de llamada de larga distancia, cómo a los presos. El teléfono de la habitación, sin embargo, no sirve,y hay que hacer cola de nuevo, para ser atendido en la recepción.

En la segunda de esas colas, después de que le aseguraran por tercera vez que ya estaba funcionando el teléfono y mientras esperaba para comentarle al atribulado encargado de la recepción, nuestro protagonista se dió cuenta que los números de internet inalámbrico, que bloqueaban el acceso a wi-fi desde las habitaciones eran de seis dígitos y eran otorgados leyendo de una lista en la que el encargado iba tachando números. Gracias a eso y a las maravillas de Skype nuestro héroe pudo comunicarse con la tierra de los chibchas por medio de VOIP

Una hora de piscina, media de gimnasio y una cerveza presidente mas tarde, seis horas antes de la salida el protagonista de esta historia pudo dormir.

Acto V

Nuestro protagonista se ahorra la primera cola del día, al decidir no tomar un café. La segunda sin embargo, es inevitable; hay que hacer checkout.

El checkout esta lleno de historias sórdidas de cuentas de doce dólares por un minuto de teléfono de una llamada que no salió. La habitación que nuestro héroe compartía con el caleño proverbial tuvo una cuenta de 0 minutos.

Camino a la cola #3 del día el caleño proverbial tiene una muy buena idea: En lugar de hacer una cola para el camión de la maleta y otra para el bus pueden llevar las maletas en la mano y saltarse la cola del camión.

Gracias a esta idea no hay que hacer cola para el camión, ni para el bus, porqué todo el mundo esta haciendo la cola del camión. Gracias a eso mismo la fila n se encuentra desocupada porqué todo el mundo esta haciendo la fila n-1. Un nuevo pasabordo, con escala de una hora en Panamá, emigración y finalmente, el avión despega sin contratiempos 15 horas después de lo que debería haberlo hecho.

Durante la espera de varias horas en la sala, por segunda vez nuestro héroe conoce a una ecuatoriana, de Cuenca, que venía con otras dos decenas de ejecutivas de cuenta de Ebel a unas vacaciones pagadas por la compañía. Ella no sólo había perdido un vuelo, había perdido dos. El itinerario completo era Santo Domingo - Panamá, Panamá - Guayaquil y Guayaquil - Cuenca.

La ecuatoriana resultó una excelente compañía en la escala en Panamá, mientras ella compraba un juguete para su hijo y él unos chocolates para llevar algo a su casa.

La barranquillera peliteñida y su prometido, que por ser Pasajeros Elite Plus, habían desaparecido de escena al comenzar el drama vuelven a verse en Santo Domingo, y de nuevo en Panamá, cuando se ve a la peliteñida manotenado visiblemente disgustada con su carta en la mano frente a un personaje de seguridad del aeropuerto.

Acto VI

Finalmente, el vuelo aterriza en la ciudad de Bogotá. La cola de inmigración es infinita. De hecho, son varias colas. La cola de los ancianos, que va creciendo y que tiene dos cónsules, la cola de los diplomáticos, que tiene un cónsul y no mucho movimiento, y las dos colas generales que tienen aproximadamente cuatro cónsules cada una y una fila serpenteante de personas esperando. A medida que la fila general A,en la que se encuentra nuestro atribulado viajero, avanza, el número de cónsules que la atienden va disminuyendo, de 5 a 4 a 3 y finalmente a 2. Tras 45 minutos de espera, tres puestos detrás de nuestro héroe, en la cola, cuando faltan dos personas para que el cónsul malencarado de inmigración lo haga entrar, una señora se desmaya. Ocho segundos después aparece un agente del DAS y en lugar de pasarla rápido por inmigración le consiguen una silla Rimax para que pueda esperar sentada.

Cómo habrá sido de larga la cola en la inmigración que ya el carrusel de las maletas esta apagado y las maletas esperan todas en una fila. Oh sorpresa! la maleta de nuestro protagonista tiene el forro rasgado. - Hable con la gente de la aerolínea, le comenta el hombre del aeropuerto. - Se le rompió algo? No, señorita eso de afuera venía vacio. - AH no, nosotros no respondemos. - Perfecto, siempre es un placer volar con Copa Airlines.

Epílogo

Uy, tan de buenas usted, que se la pasa viajando al Caribe!

Context Switch

  • Diez años después y sigo haciendo el HTML a mano

  • Cuando sea grande quiero ser Software Engineer
  • Costa Rica se parece mas a Colombia que cualquier otro lado en el que haya estado
  • Aquí no se habla de política ni se comenta la situación de orden público, pero que el asesinato a sangre fría de once diputados no merezca una voz unánime de condena de parte de los países que se hacen llamar amigos es definitivamente el colmo.