Friday, April 25, 2008

Día del Idioma

Cómo parte del jolgorio del día del idioma (que cómo digno estudiante de colegio con nombre de gigante de las letras castellanas me se de memoria) y en el espíritu de no guardar lo que no se esta usando o se va a usar aproveche mis múltiples viajes en Transmilenio del día para ir repartiendo libros.

A sangre fría

Iba en un fabuloso B51 atestado hacía la estación de la 72, con la rigurosa corbata de ir a convencer a la gente de que "si, cómpreme a mí". Saqué el libro y me di cuenta de que no le había escrito nada, saqué el esfero usufructuado de hotel centroaméricano y escribí una frase. Traté de dejar el libro agarrado a una ventana, o colgado por ahí pero no se tenía, finalmente, cuando el bus se desocupó en la estación de la calle 76 quedó una silla libre, al lado de otra silla ocupada por un señor de mediana edad. Dejé el libro sobre la silla y el señor ni se enteró. Otra de las personas que iba de pie al lado mio, con toda la presencia de estudiante universitario, me miró con una mirada cómplice a lo cuál yo contesté "A ver si funciona". En ese momento se abrió la puerta y salí del bus, bajo la mirada curiosa del estudiante. No alcancé a ver si fue él el que tomó o libro o si simplemente lo dejó en su lugar.


El Dr Jekyll y Mr Hyde

En horas de la tarde, rumbo al CADE del Catastro me monté en un G11 que iba semidesocupado. Tan desocupado que quedé de pie solo al lado de una silla azul vacia. En la otra silla azul iba una señora de avanzada edad que me dijo: Tranquilo, siéntese que no hay nadie que la necesite.
Ante semejante despliegue de simpatía saqué los dos libros que tenía y le pregunté, sin decirle para qué, cuál de los dos le parecía mejor. Me señaló el del Dr Jekyll y me preguntó, como en chiste: Por qué? Es para regalármelo?
Cuando le dije que si, que por supuesto, se mostró sorprendida, cuando le expliqué que era el día del idioma me preguntó si yo trabajaba en la Casa de la Cultura o en el distrito.
Al contarle que no, que era porqué me parecía chévere, porqué consideraba importante compartir le pareció una buena idea.
Inmediatamente se pusó a leer el libro, buscando quién era el autor, cuando le indique la ubicación de la biografía comenzó a leerla en voz alta, indicando los pasajes que le parecían interesantes "Ah, es de Escocia" "Oh, es abogado" "eh pero se rebeló en su juventud", "Si ve, es que a veces la gente estudia la carrera y no es lo de ellos". Total, fue una experiencia interesante.

Frankenstein

Finalmente llegué a mi destino, allí estaba la gente de la reunión, cuando salude indicando la fecha un amigo tenía un libro, que procedió a entregarme, yo al tiempo le entregaba el libro de Frankenstein a otra de las personas que estaba con nosotros, que no acertaba a comprender que hacíamos intercambiando libros un miércoles por la tarde.

En resumen, me gustó mucho mas regalarle el libro a una persona, ver como reaccionaba, así no fuera una persona conocida. De todas maneras en Bogotá la gente anda muy prevenida y piensa que uno algo malo les va a hacer regalándoles un libro, que de pronto eso tiene burundanga, o incita al pecado, o esta en el índice o tiene adentro el parche de la muerte. Voy a seguir haciéndolo.


Context Switch


  • Puerto Rico, de nuevo.
  • Europa en junio/julio
  • Alien refuses to leave the ship, and refuses, and refuses
  • Necesitamos esto muy pero muy urgente. Si, ajá.

Friday, April 04, 2008

Mamá, mamá, primera!

Mamá, mamá, primera!

Una vez mas otro viaje interoceánico que tuvo que ser alargado por circunstancias anteriormente impredecibles me ubicaba en la ciudad de San Salvador, un sábado por la mañana, en el counter de Taca al lado del famosísimo (!) grupo de Pop Rock mexicano, Moderatto. O mejor, al lado de la fila interminable de cajas negras con esquinas metálicas de todas las formas posibles, que constituían el equipaje que estos personajes metían a un avión de American Airlines con destino desconocido.

Debía haber salido de dónde los guanacos el jueves, pero en lugar de eso, lo hacía el sábado. Gracias a estar trabajando con la gente correcta (léase, estar trabajando para la misma aerolínea en la que volaba de vuelta), fui acreedor a dos mejoras en mi viaje.

La mejora número 1: En lugar de ir en vuelo mochilero que pasa de San Salvador a Lima, para de allí devolverse a Bogotá, haciendo cómo 3000 millas y 4 horas mas de viaje, iba en el vuelo mas amigable que pasa por San José de Costa Rica (otro de la lista creaciente de santos visitados en estos menesteres). Y lo deja a uno en la capital de los chibchas tan solo cinco horas después, con 1 hora de escala incluida en la ecuación.

La mejora número 2: Estoy en la silla 2A en uno de los vuelos y en la 1F en el otro. No caí en cuenta hasta el abordaje que esas sillas, con esos números diminutos son el Nirvana del viajero, el oasis de placer de los aviones, mejor conocido como la clase ejecutiva.

A diferencia del famoso bus ejecutivo, cuya única ventaja sobre el corriente ex-caraqueño de la capital de los chibchas es un pasillo diminutivo que hace salir de un bus lleno una odisea digna de Ulises de Itaca, la clase ejcutiva de avión si le da a uno sus ventajitas.

Lo abordan a uno de primero, y le ofrecen un juguito mientras el hoi polloi va entrando, con sus equipajes enormes, a sillas diminutas. Los oligarcas de Ejecutiva pueden estirar las piernas (con la silla corrida hacía atrás difícilmente alcanzaba a llegar a tocar el asiento de adelante con la punta de los pies), sin que toque hacerse el chiquito para que quepa el vecino de al lado.

Y el vecino de al lado en lugar de ser un inmigrante con un puesto de mando medio comercial en una maquila de calzoncillos resulta ser un ejectuivo de una compañía de tarjetas de crédito que esta siendo transferido, y que encuentra a su jefe en una de las revistas de negocios.

Las revistas no se reducen a una revista estándar de aerolínea con artículos de 20 palabras, en dos idiomas que se leen en ocho segundos. Hay por lo menos cinco revistas regionales, y un periódico local, disponibles a solicitud, que puede uno leer mientras espera que le den de comer.

La comida no implica esperar a que pasen lanzando hielo coloreado con jugo de manzana de caja y un sanduche miserable entre un empaque con fotos de cosas que uno no se come (una foto de manzanas en una caja con un croissant calentado en microondas). No, en este caso le dan a uno el desayuno en un plato de verdad, muy bien presentado, con jamones, quesos, fruta fresca, un pan, que esta caliente y hasta una repolla rellena de crema inglesa.

Una de las mejores partes: Si uno quiere usar el portátil, que debido a los años de vida miserable no tiene mas que 10 minutos de pila es posible, al lado del asiento hay un enchufe de 110V que funciona perfectamente, solo falta el internet.

No pagaría por una actualización a primera clase, pero ya puedo entender porqué puede valer la pena hacer algo así.

Context Switch

  • Me llamo rojo de Orhan Pamuk no es espectacularmente bueno.
  • Me quiero ir de vacaciones.
  • Alien sighting is on the brink of being fully confirmed. Contact is being stablished.
  • No más Chavez, no mas Correa, no mas Yolanda Pulecio diciendo que Uribe es Satanás y que hay que ceder a todo lo que digan los hampones de las FARC.
  • Ya esta bueno lo de las marchas, la idea es que sea una cosa que no se da todos los meses, para lo mismo.
  • AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHGGGGGGGGG