Concierto
El pasado viernes asistí al Concierto de Juan Luis Guerra en Bogotá. Fue la primera vez que piso el estadio y la primera vez que voy a un concierto multitudinario en muchos, muchísimos años. La última vez que intenté ir a un concierto de estos fue cuando Carlos Vives estuvo en Bogotá, después de haber sacado los Clásicos de la Provincia, por lo que han sido mas de un par de años.
Lo que recuerdo de ese concierto es que fue un desorden fenomenal, con una fila gigantesca y que era imposible conseguir boletas, por lo que, en mi mente, iba dispuesto a un desorden similar. Nada mas lejos de la realidad. Teníamos boletas de gramilla, compradas con anticipación. (Por cierto, muy buena la atención de tuboleta, pero pésima la página de www.tuboleta.com. Me parece el colmo que a estas alturas una página de transacciones con tarjeta de crédito no sea capaz de dar un mensaje coherente diciendo si se pudo o no efectuar una transacción, sobre todo cuando uno ya ha dado los datos de la tarjeta)
La entrada fue muy fácil, no había cola, y el concierto empezó a las 6 en punto. El primer telonero era Mauricio Palo de Agua. Yo había oido un par de canciones y en general estuvo bien. El tipo empezó con una de sus canciones conocidas y terminó con la otra, con solo tres canciones en el intermedio, por lo que fue un asunto bastante breve.
Ese asunto de ser telonero es complicado: Hay que saber que la gente no viene a verlo a uno, que la mayoría del estadio repleto pago la boleta para ver el acto central y que el nombre del telonero no tiene incidencia en esa elección.
Tras un breve receso de 20 minutos entro Gian Marco(O Juan Marcos o yianmarco, o como sea que se diga), un baladista peruano. Yo no se si era por la naturaleza del concierto (música tropical), pero lo del tipo no pegaba. Eran unas baladas demasiado lentas, demasiado dulzonas, por lo menos para mi gusto. Del tipo este yo solo había oido una canción, y por la cantidad de personas que vi coreando las otras, yo no era el único.
Ese señor si fue bastante mal telonero, se puso a conversar y a dedicar unas canciones que no le importan a nadie y, para colmo de males, canto dos veces la misma canción. Que clase de perdedor hace eso?
Finalmente, hacía las 7:45, y bajo una llovizna bastante copiosa apareció Juan Luis Guerra. Igualito, tal como en las carátulas de los discos de hace 20 años, y en las entrevistas de hace 15 y en los conciertos de hace 10, con bigote y barba, una boina negra y una gabardina.
Debo decir que, exceptuando por el par de canciones religiosas que encimó, el concierto fue fenomenal. No se quedó en el tintero ninguna de las canciones clásicas, y el sonido y la organización estuvieron estupendos.
Me parece genial que Bogotá se este convirtiendo en un sitio en el que en el mismo mes pueden venir Luis Miguel, The Offspring y Juan Luis Guerra. Definitivamente la capital de los chibchas cada vez esta mejor, a pesar de las obras horribles de Transmilenio, el invierno y el alcalde.